Nos bastó un invierno para conocernos. nos bastó un otoño para perdernos.
vivir por separado para encontrarnos, y entonces volver a conocernos.
nos bastó un verano para probarnos.
Me cambiaste en febrero y te perdoné en abril.
Alguien tenía que robarme los meses, cuando parecía que reincidir contigo, no era tan mala opción.
Y entonces, queriendo sólo una revancha, volvíamos a jugar.
Y ahora, el jugar lo mezclamos con probar. y aquí estamos, probándonos.
Y buscándo(nos)
tú una excusa para volver a creer en algo,
yo, tu excusa, para olvidar a alguien que no creía en ti.
El verano vino con visita,
y con maleta,
con dudas,
con toda mi cama para ti.
Y así, nos hacíamos amigos,
nos acariciabamos para querernos mejor.
Nos reíamos con el mundo,
en la calle,
en los taxis,
entre sábanas...
y entonces, empezamos a compartir algo más que madrugadas.
despertar con los buenos días en la pantalla,
con las buenas noches entre las piernas,
y con las ganas de comprobar si lo que parece, también es.
hemos subido cuesta arriba,
y he acabado sin frenos y chocándome en ti.
y entonces,
te he visto despertar
y desesperar.
Te he visto queriendo
e indiferente.
Te he visto cumpliendo años
y quemándome dudas.
Me he quedado dormida debajo de tu nombre,
me he aprendido cómo hueles y donde (me) dueles.
nos bastó un verano para probarnos
y otro para tenernos.
y hasta aquí puedo leer,
o mejor dicho:
Hasta aquí puedo escribir.
Y hasta aquí, tú y yo,
y entonces... lo que venga.
Increíble, no he podido contenerme desde la primera frase,nada mas empezar a leer.
ResponderEliminarMe veo tan reflejada. Ha sido una catarsis en toda regla, y ahora, todavía, tengo que seguir conteniendome las lágrimas. Uf gracias por expresar con palabras lo que yo no puedo hacer.