- No sé en qué parte de la historia me perdí. No sé ni siquiera si a esto se le puede considerar una historia.
Porque en teoría las historias tienen principio y final... y aquí no encuentro ninguna de las dos.
Creo que en el momento que te paras a pensar dónde estás es cuando te empiezas a perder del todo. Y nunca nada me ha acojonado tanto como no saber dónde estoy, o peor, dónde voy a acabar.
"Déjate llevar", "no pienses tanto"... me dicen.
Yo que sé.
A estas alturas no necesito consejos, más bien un salvavidas. Que me salve de todo esto. De mí. Que no deje que me hunda en toda esta mierda... y que me mantenga en la superficie, con la cabeza arriba.
Un abrazo de esos que rompen miedos. Y no me subestimes, porque yo me abrazaría, pero es que yo conmigo nunca conseguí llevarme bien del todo. Porque claro, yo soy yo... y a veces se me olvida. Una puta catástrofe.
En fin, ya sabes.
Tropiezo contigo y, mientras muero de dolor, abro mis ojos y veo que no hay sitio donde joderme me haga más feliz que aquí... contigo.
Así que por favor; sálvame, tú que puedes. -
No hay comentarios:
Publicar un comentario