Frío. Otra vez tanto frío. Y no es precisamente porque no tenga una manta por encima, o los calcetines puestos. Me refiero al frío interno, a ese que te cala los huesos. Ese que te recorre el cuerpo y te hace un vacío en el estómago.
Y aquí me tienes, fría... tanto como nuestra última conversación. Imagínate.
Creía que las cosas se estaban poniendo en orden de una vez, pero no. Aún sigo aquí pensando qué excusa ponerte para volver a escribirte o escucharte. Imaginándote delante. Pf, no.
No quiero. Y me odio a mí misma por no saber echarle más cojones. Pero bueno, eso no es nuevo... parece que para lo único que tengo cojones en esta vida es para quererte.
Lo intento, sabes? Te lo juro. Intento no seguir buscando motivos absurdos, porque joder, me sobran razones para olvidarte. Y hay algo que no me deja... incluso hay a veces pienso que alguna parte de mi subconsciente se ha quedado contigo. Bueno, la cuestión es si hay algo de mí que no te hayas quedado tú.
Escribo aquí siempre que estoy a sólo un cuarto de paso de volver a hablarte. Ahogarme en penas, supongo. Puta masoquista... siempre igual.
En fin, lo mismo de siempre. Lágrimas. Conclusiones.
La de esta noche es que probablemente tú no sabías amar, y yo quizá demasiado.


No hay comentarios:
Publicar un comentario