Sobrevivir a los tópicos muertos, hacer esquí en cada curva del cuerpo. Lejos del ruido, cerca del arte. Que podamos decir que el mundo sigue siendo nuestro sin tener que definir ninguna imagen al resto. Vivir sin reglas, sin prisas. Oír su voz y que sus enfados molestos se resuelvan en la cama con un par de tarrinas de helado, amor en cada gesto y que acabemos el partido con el juego perfecto. Hacer de la cama nuestro pequeño parque de atracciones. Sin complicaciones. Que me mire y me sonría, sentarnos en un banco, dormir en su barriga. Pasear por la ciudad, que me hable y no me escuche, sólo me quiera besar. Que se despierte conmigo todos los días del año, no haya rencor en sus palabras para hacerme daño. Ensuciarme para ducharme con ropa. Bañarme en la playa en pelotas. Que lo que haya no se compre ni se venda con dinero, que no se nos escape. La vergüenza lejos, cerca confianza, que el respeto sea la única alianza. Lejos del discurso de siempre, que sigamos igual cuando termine septiembre....



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