Por todas las cosas que he hecho y que no he hecho por miedo al fracaso, por las que he dicho y por las que he callado. Por mi descaro y por mi timidez. Porque es cierto eso de que los amigos se cuentan con los dedos de las manos y que nada es para siempre. Que lo poco gusta y lo mucho cansa, que personas reales y que de verdad darán la cara por ti, hay muy pocas. Que me he dado cuenta de que hoy, aquí y ahora no tengo ninguna puta razón por la que seguir aquí. A veces lo mejor que se nos ocurre es huir, volar, soñar con otro lugar mejor, soñar que eres diferente, soñar con otra forma de vida.. Pero llega un momento en la vida que te das cuenta de que huír no es la solución, que permanecer aquí es mi decisión, porque siempre llegarán tiempos mejores, amigos mejores, huir es de cobardes, me gusta más la idea de quedarme delante de todos esos hijos de puta, de todas esas zorras que me han hecho daño y, simplemente, sonreírles, y decir sí, sigo aquí, con mis más y mis menos, mis grandes defectos y mis pequeñas virtudes pero feliz. Me quedo aquí, pasando página, cambiando de libro.
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