Pero no nos damos cuenta que somos cómo somos, y no podemos hacer de nosotros mismo algo que realmente, en el fondo, queremos ser para querer a alguien.
Yo he sido una de esas personas que ha cambiado ciertas cosas para hacer comprender que soy lo que él busca, que tengo todo lo que necesita.. pero por una cosa o por otra, siempre me salió mal la jugada.
Quizás es que el amor no está hecho para mí y ya está, o quizás se está cachondeando un poco de mí como hice yo de él... Lo que si sé seguro, es que por más que quieras parchear tal o cual cosa, tienes que tener en cuenta que cada persona es completamente diferente, y lo que para muchos puede ser cariño, para otros puede ser agobio. Y lo que para unos puede ser libertad, para otros puede ser pasotismo..
Nunca vas a encontrar esa persona tan igual a ti que entienda cada movimiento, y sobre todo, nunca el principio de algo será fácil.
Nuestro problema, o al menos el mío, se debe a que debido a mi poca paciencia, apuesto por personas que realmente no conozco. Intento que todo salga lo mejor posible, y a medida que pasa el tiempo voy cambiando cosas, que creo, que harán de esa relación algo interminable.. Doy pasos equivocados y quizás incluso jodo todo por un simple gesto.
Haga lo que haga, siempre me da la espalda... pero sabes qué? Que llega un momento, en el que te cansas de luchar por algo, que realmente, nisiquiera te importa.
Intentas convencerte a ti misma que necesitas algo que nunca has tenido, y obligarte a decir o hacer cosas que no sientes.
Pero se acabó. No pienso forzarme a mí misma, ni tampoco forzar las cosas. Si algo tiene que venir, que venga sólo. Que venga con fuerza y con ganas para convencerme de cosas que ya no creo. Hoy, después de mucho, tiro la toalla.
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